Nos juntamos el día dos de Junio una docena de socios procedentes de Solipueyo, Tierrantona, Troncedo y Salinas para limpiar de broza el entorno del molino de Trillo y degustar una paella con conejo y costilla en adobo para chuparse los dedos.
Ciertamente, lo mejor fue la comida en el monte, cocinada por las respectivas esposas de Mario y José, sin olvidar los crespillos y el vino que trajeron los habitantes de Trillo, pero el objetivo se cumplió y el ambiente en el que se desarrolló fue el típico de los trabajos "a comunal". Nadie rebló, nadie se quejó, nadie mandó y todo el mundo colaboró.
Veremos cuántos nos juntamos en la próxima, pues cuantos más seamos, más reiremos.
Estas imágenes dan una idea del ambiente antes comentado.
Buen ambiente, buen trabajo, si señor!!
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